martes, 12 de febrero de 2008

Desatendiendo el llamado

De los suspirantes a cargos públicos para el siguiente período, Arturo García Arias es el único que no ha atendido el llamado del gobernador Silverio Cavazos de no realizar proselitismo. La muestra es descarada y clara: pendones y espectaculares del diputado por varias calles de la ciudad. Más de uno podrá preguntarse: ¿Qué acaso ya no está prohibido que los servidores públicos no hagan campañas de promoción de imagen? Sí, así es, efectivamente. El caso es que los tribunos no manejan recursos públicos y se pasan la ley por el arco del triunfo. Vaya, pudiera ser un acto de solidaridad con los demás contendientes de acatar la orden de Cavazos, pero para García Arias es obvio que aprovechará cualquier recovequito de la ley (y de todo) para ganar la carrera.
LA PROSTITUCION

Sí, es cierto, es un problema añejo que pasa de administración en administración, pero ¿es excusa? Parece que el gobierno municipal se ha especializado en los pretextos, y ha permeado a todos sus funcionarios. Ricardo Sevilla, médico municipal, reconoció que el ayuntamiento viola la Ley General de Salud, al permitir que hasta 30 sexoservidores realicen sus actividades en el Mercado “Lázaro Cárdenas”, cuando existe una zona de tolerancia, único lugar permisible para el ejercicio de esta actividad. ¿A qué le temerá la autoridad para permitir la prostitución en el mercado? ¿A una manifestación de clientes?, lo peor que pudiera suceder es, efectivamente, que siga fuera de control y prolifere alguna enfermedad, o lo que es peor, que exploten sexualmente a menores como ya sucedió anteriormente. Que alguien le avise al médico municipal que ya empezó el trienio y comience a trabajar.

LA ULTIMA Y NOS VAMOS
Resulta increíble que para un alcalde existan trabajadores de primera (entiéndase sindicalizados) y trabajadores de cuarta (dícese de los de confianza). Para Juan Carlos Pinto es así, y cito de la nota publicada el viernes 8 de febrero en Diario de Colima la siguiente declaración: “Le hemos dado prioridad a los derechos de los sindicalizados sobre los de confianza, en donde (estos últimos) a veces quedan pendientes de pago”. Si así trata a sus colaboradores, esperemos que para la población que dice gobernar, no haya distinciones. Ciudadanos de segunda… a la fila.

Juan Carlos FLORES C.


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